jueves, 31 de diciembre de 2009
Hasta la vista Baby
lunes, 28 de diciembre de 2009
"El pueblo probeta"
En un artículo publicado en Cubanet y en el Herald de Miami, firmado por Carlos Alberto Montaner, dice que la única solución al problema cubano es la desaparición física de los hermanos Castro. Es verdad que ese engendro político, que ha sobrevivido en Cuba por más de cincuenta años, que es un invento castrista, una solución química a base de fascismo, comunismo, capitalismo y unos cuantos toques de personalismo y narcisismo muy bien pudiera desaparecer una vez los químicos que la inventaron se mueran. Sin embargo, esa sustancia es sumamente efectiva, el derivado de esa mezcla se está usando de forma paulatina en Latinoamérica y está causando los mismos efectos que en Cuba.
La inoculación de esa sustancia psíquica en el cerebro de un pueblo causa una especie de choque emocional tan agudo que es muy difícil diagnosticar con solo una mirada si se padece de la enfermedad del “pueblo de probeta” o es solo un reflejo transitorio de un ataque de izquierda irracional. Le he dado el nombre de pueblo de probeta al resultado del experimento cubano porque pareciera que Fidel introdujo esa maligna sustancia en una gigantesca probeta y metió a la mayoría del pueblo dentro, contaminando así la vida de toda Cuba.
Para hacer un análisis serio en esta materia no basta con ser solamente un sociólogo, porque la sociología no ha adoptado como materia el singular y único comportamiento del pueblo cubano. No soy sociólogo y mucho menos alardearía con hacer un análisis de tipo social sin conocimiento de causa, empero me atrevo fácilmente a dar mi opinión con respecto al comportamiento de los cubanos y a discrepar de las conclusiones del laureado escritor Carlos Alberto Montaner.
La dinámica dentro de Cuba no es simplemente la maquinaria represiva y el engranaje ideológico y cerrado que mantiene el gobierno contra la sociedad, es la transformación emocional que ha sufrido la sociedad cubana de forma individual, es decir, las gentes se miden mucho de palabra y actos no solo porque temen a la respuesta del gobierno sino, le temen a la respuesta de su entorno. El individualismo ideológico es tan exagerado que el comportamiento cotidiano daña por añadidura la mentalidad subyacente a tal extremo que los eslogan, consignas y lineamientos que el gobierno dirige a las masas prenden con tanta rapidez y eficacia que no queda espacio para la duda.
Si le preguntamos a cualquier cubano, de cualquier oficio, sobre su desarrollo intelectual o académico lo primero que te dice es “gracias a la revolución” soy Medico, Músico, deportista, cualquier cosa; es como si no existiera la revolución, el talento para ser lo que son no se hubiera desarrollado, y en Cuba no hubiese médicos, ni músicos, deportistas ni nada.
Una queja en un centro de trabajo, en uno estudiantil o en la asamblea popular de un barrio cualquiera no tiene lugar si primero no se exonera al gobierno de toda responsabilidad. La sociedad se maneja automáticamente, y se sacrifica en pos de su subsistencia y la de los suyos. En un viaje que di a Cuba, a raíz de la convocatoria gubernamental en contra del proyecto Varela y para acabar de considerar vitalicio el sistema social actual, le pregunté a mi Padre, que a la sazón ya tenia ochenta y dos años, por qué había ido a votar a favor de esa aberración si ya el estaba cumplido, y además, siempre estuvo en desacuerdo con el proceso cubano. La respuesta no me asombró en lo absoluto ¡Porque no quiero señalar a los nietos! Así se comporta la gran masa cubana y el que no lo haga, paga las consecuencias, no solo con la furia del gobierno sino, con la ignorancia y el resquemor del entorno social. Una amiga mía, que pertenece al frente cívico femenino Gladis Núñez, que apoya a las Damas de Blanco, ha condenado por sus actos a sus hijos y a ella misma. Nadie se le acerca por miedo, no le dan trabajo, los hijos no pueden estudiar ni trabajar ¿Cómo puede vivir esa mujer sola, con dos hijos, y un hermano enfermo mental sin la ayuda de nadie? Ella es un vivo ejemplo del por qué en Cuba a la mayoría no le importa quien esté o no en las más altas esferas del poder. Si quitan a alguien y ponen a otro, a nadie le importa, solo hay dos cosas en mente, resolver para comer y vestir, y la esperanza de abandonar el país.
Por la parte que corresponde al motor del poder, ya la maquinaria arranca y camina diariamente por inercia, como lo hace el Sol. Ya no hay que decirle a un militar lo que se debe hacer, ni a un policía, no hay que instruir a nadie, todos saben que la carreta tiene que andar, y no importa que suenen sus ejes por falta de grasa, como dijera Atahualpa Yupanqui “Si a mi me gusta que suene, pa’que los quiero engrasao”. A nadie asombra que fusilen a un general que hasta el día anterior fue héroe de la republica, a tres jóvenes negros que nadie conocía y que a nadie hicieron daño; que encarcelen masivamente a todos los opositores, que quiten de un día para otro sin la menor explicación al Canciller, al vicepresidente, no importa si lo era del Consejo de Estado o el de ministros o del que sea, la maquinaria va a seguir funcionando esté quien esté o falte quien falte.
Voy ahora al centro de este comentario, la afirmación de Carlos Alberto de que el día que desaparezca Fidel y Raúl aquello no hay quien lo siga. Pues bien, para seguir aquello no hay que hacer nada extraordinario, solo dejar que las aguas sigan su cauce, sin tocar ni modificar nada. La sociedad cubana (pena me da afirmar esto) esta tan moldeada a su modo de vida, que su existencia es instintiva, es como la vida de un animalito que no sabe siquiera que existe, y en consecuencia todo lo hace por intuición. El cubano sale a la calle en la mañana como lo hace un gorrioncillo de la gran ciudad, con la misma ingenuidad, la misma información y con la esperanza de hacer lo que se deba hacer para llevarse un pedazo de pan a la boca y algunas migajas para el nido.
¡Claro que Cuba ha de cambiar, y cambiará! Pero no con la desaparición física de Fidel, incluso la de Raúl, sino, con la de los que quedan, y quedan diez, solo así va a cambiar Cuba, porque si los históricos permiten cambios en Cuba aun estando en vida, están más locos que una cabra, porque el pellejo de ninguno de ellos valdría diez centavos en moneda nacional el metro en la plaza publica. Muchas gracias.
jueves, 24 de diciembre de 2009
Feliz navidad
miércoles, 23 de diciembre de 2009
Predicciones de Nostra Realidad
Vayamos a la parte más complicada de la predicción: La muerte de Fidel, no hay que ser adivino para pronosticarla, es obvio que el insepulto en Jefe está más del otro lado que de este, sin embargo, pronosticar un cambio con su muerte, más que adivinar, se debía hacer un análisis histórico que va más allá de una simple predicción. Un cambio en Cuba sobrevendrá pero, no solo con la muerte de Fidel sino, con la muerte de algunos de sus lideres más emblemáticos. Raúl, Machado Ventura, Ramiro Valdez y Guillermo García; dependen como desaparezcan, es decir, en el orden.
La muerte de Fidel es un hecho, pero Raúl pudiera adelantársele. Si esto ocurre, muy bien Machado y Ramiro tomarían las riendas y todo marcharía sobre ruedas. Empero ni la muerte de Fidel, ni la de Raúl harían que el pueblo cubano despierte masivamente. Los cubanos están ya tan acostumbrados a su modo de vida que con solo la esperanza de emigrar es suficiente para darles el alimento necesario para dejar que las cosas pasen. Cualquiera con algún sentido de responsabilidad represiva domina las masas en Cuba por los siglos de los siglos. Así como es cierto que cualquiera en una contienda electoral limpia y observada internacionalmente tumba a la revolución castrista del poder, también es cierto que haciendo exactamente lo mismo que está institucionalizado en el país cualquiera gobierna Cuba, incluso el propio Hugo Chávez.
La mayoría de los cubanos perdieron la identidad cubana, cincuenta años, desde que nacen, haciéndoles creer que son seres inferiores, subordinados a una ideología que los alimenta emocionalmente desde que se despiertan, es suficiente para imaginarse que los derechos del ser humano son una falacia, una mentira, una calumnia del enemigo para confundirlos y llevarlos de nuevo al pasado. Un pasado tan vilipendiado y maltratado históricamente que muy bien pudiera emular con el infierno.
Cuba no es, ni por asomo, lo que la mayoría de los seres normales del mundo entenderían como sociedad, Cuba es algo mucho más profundo que una simple novela de horror, mucho más aun que 1984, la obra cumbre del despotismo gubernamental, imaginada por Jeorge Orwell . La sociedad cubana está castrada totalmente, pero lo horrible no es que lo esté sino, que agradece estarlo. Un empresario cubano americano residente en Miami le da las gracias a Fidel Castro, diz que si no fuera por Fidel, él estuviera aun en Matanzas, quizás vendiendo periódicos que era lo que hacía cuando era un niño. Un profesional de la medicina, un científico, un artista, músico o deportista también le agradece, diz que si no fuera por la revolución cubana no fuera lo que son hoy. Estos no son ejemplos exagerados de la realidad, son la pura verdad; aun fuera de Cuba agradecen a la revolución por dejarlos entrar a que les roben todo por lo que se han esforzado por tener con su trabajo y tesón. Lo podemos ver en los aeropuertos atestados de pasajeros, no solo ahora con la libertad plena de viajar sino, antes, otrora pagaban sumas escandalosas para arrodillarse ante sus amos históricos y dejar a la vera de sus botas las prebendas que le da vida.
No es tan simple como pronostica NewsWeek, ni como lo quieren ver los ilusos, Cuba es algo mucho más complejo que una simple predicción. No hay que ser negativo, es verdad, empero el pragmatismo calma por más la sed de esperanza y hace que no convenzamos de que las cosas no hay que esperar que pasen, hay que hacerlas pasar.
martes, 15 de diciembre de 2009
"Palo porque boga..."
miércoles, 2 de diciembre de 2009
"El gallego con botas"
Empero los tiempos han cambiado y no creo que la historia se repita, ni como tragedia y mucho menos como comedia, porque la relación ha pasado de ser responsabilidad de los criollos, para pasar a mano de una raza que se ha separado genéticamente de los españoles. Anteriormente, cuando Cuba pasó de ser una colonia española a la independencia de la corona, casi el noventa por ciento de los cubanos eran descendientes de españoles en primera y segunda generación, y esas circunstancias ayudaron a que los cubanos pasaran por alto las atrocidades de los colonialistas y permitieran que se quedaran en Cuba a compartir las bonanzas de la tierra y su clima sin acordarse del pasado; ahora no, ahora la cosa es distinta. Antes, a un gallego se le distinguía por las alpargatas, hoy no, hoy se les conoce por las botas, las botas que comparten con el despotismo gubernamental en detrimento de la sociedad, botas que calzan en contubernio con el castrismo y marchan a fuerza de patadas aplastantes sobre nuestra vergüenza.
El gobierno de Cuba le debe a los españoles la astronómica cantidad de 2.000 millones de euros, y a las empresas mixtas les tiene congelados los fondos por la no menos abundante cifra de 300 millones de euros; con todo y eso España sigue compartiendo la misma bota opresora con el régimen de La Habana. Hace unas pocas semanas el ministro de exteriores Miguel Ángel Moratinos estuvo por el palacio de la revolución tratando de convencer al nuevo dictador para que descongele los fondos argumentando la falta de liquidez de los empresarios españoles. La respuesta no fue nada satisfactoria para España, aunque se plegara a las exigencias de la dictadura al no reconocer la existencia de una oposición fortalecida y pujante y al no querer tocar la postura dictatorial ni con el pétalo de una flor. Aun y con las manos vacías España se empecina en darle un espaldarazo al régimen. En Europa encabeza la posición de blandenguería ante los atropellos de La Habana y en Cuba comparte botas abiertamente con la dictadura. En una respuesta conjunta a la cabalgante blogosfera cubana, los empresarios españoles se confabulan con el régimen y ponen reglas excesivas al servicio de Internet de manera que sea imposible su uso para el nacional. En una inesperada, peso usual postura empresarial española, los hoteles mixtos que ofrecen ese servicio subieron la tarifa de conexión a la Internet a 10 CUC la hora de conexión, es decir, doce dólares por un paseo de una hora por los caminos de la informática. Aparte de una aberración moral y complaciente con el régimen opresivo de Cuba, es una vergüenza que la prensa española y mundial no se haga eco de una simbiosis tan desagradable y baja, teniendo por supuesto en cuenta que ese abuso compartido es la manera de oprimir a los cubanos, más abusiva y cruel que se pueda practicar hoy día. Los empresarios españoles explotan a los cubanos, por negros, por pobres y por cubanos. No es de extrañar que se abuse así porque la familia dictatorial cubana es descendiente directa de España, o por odio a unos simples isleños que prefirieron ser gringos que seguir bajo la alpargata gallega o simplemente porque esperan sinceramente que la memoria del pueblo cubano sea tan corta que cuando llegue la hora de la libertad y la democracia ya se hayan olvidado del Gallego con botas. Muchas Gracias.