lunes, 31 de mayo de 2010

Familia Amaya II

lunes, 24 de mayo de 2010

Un concierto a puertas cerradas




En una respuesta a la oleada de criticas que ha generado el comportamiento de la Habana por cincuenta años y que ahora después de la invención del Twitter, Facebook y la llegada del teléfono celular a Cuba ha salido a la luz publica internacional, el Canciller cubano se rasga las vestiduras y afirma sin el más mínimo temor al choteo que el gobierno cubano es quien más respeta los derechos de los reclusos a nivel mundial. Decir que eso es una tremendísima falacia es ofender al sentido común, sin embargo, la respuesta de la Habana a la Iglesia Católica con respecto a las nuevas medidas penitenciarias tira por tierra lo afirmado por el vetusto Canciller.

Según fuentes eclesiásticas el gobierno de Cuba se comprometió a llevar a los presos más enfermos a centros hospitalarios y los que estaban lejos de sus ciudades acercarlos a ellas. Para comenzar, la afirmación de que llevarían a los más enfermos a centros hospitalarios reafirma la opinión de que les estaban violando el derecho a la atención médica y por consiguiente el derecho a la vida, es decir, son enfermos y no estaban siendo atendidos en hospitales. La segunda concesión hecha a la Iglesia demuestra que el gobierno no solo castigaba al prisionero por sus ideas, sino que también castigaba a sus familiares al internarlos en cárceles a cientos de quilómetros de sus localidades. Si se tiene en cuanta la crisis de transporte que existe en Cuba, cualquiera se podría imaginar fácilmente el calvario que significa para un familiar de preso viajar para ver a sus seres queridos.

Las concesiones que aparentemente comienzan hoy día lunes, no mencionan la puesta en libertad de ningún reo, sin embargo, los analistas del caso cubano creen que eso viene por añadidura. Yo en lo personal creo que si, pero con una condición, aceptar el destierro a cambio de la libertad. Muchos presos tendrán que aceptar esta desgarradora propuesta para poder ser libres, sin embargo, muchos otros no aceptarán y tendrán que esperar la democratización total de Cuba o en su defecto, que el mundo le haga a la tiranía de los hermanos Castro lo mismo que le hicieron al régimen de Sur África, y eso sería muy difícil debido al empuje de la izquierda internacional.

Por lo pronto esperemos que me equivoque y todo salga según los deseos de los familiares de los presos. También me viene a la mente el Sr. Fariñas en huelga de hambre por más de ochenta y seis días, justamente exigiendo un mejor trato a los prisioneros enfermos. De cumplirse la promesa hecha por la tiranía a la Iglesia, Fariñas podrá conservar su vida y los presos recobrar su libertad, esa es una noticia que le alegra el día a cualquier cubano. Vamos a ver si en el transcurso de la semana no llega el sordo y nos jode el concierto.

domingo, 9 de mayo de 2010

Rockstalgia

Anoche el tiempo pareció perder su significado. Dejó de moverse hacia delante y cambió su curso justo a las diez y treinta de la noche cuando entré al club cabaret “Boleros” de Miami. Fue como si de pronto viajara en reversa y me encontrara en el interior del Jonny Dream hace unos treinta años atrás. El mismo olor, el mismo ambiente, y en el escenario, lo mejor del Rock cubano mezclado en el increíble grupo Rockstalgia. Una recopilación de lo mejor de los Ken, Los Dan, Los Almas vertiginosas. El ambiente que se respira en ese club en unión de Rockstalgia no tiene calificativo apropiado. Entrar allí es como robarle el significado al tiempo. Un vuelco a la historia y una sonrisa al alma. Por las intrincadas madejas de la escasa multitud de buenos artistas y músicos cubanos, talento compacto y marginado por los empresarios de espectáculos de Miami, se comenta que Rockstalgia llegó para marcar su territorio. Pues bien, anoche hubo de imponer su marca ardiente en Boleros, en la avenida 27 y la calle 12 del gran Miami. A mi me atrapó, y todos los que disfrutamos de aquella inolvidable velada quedamos marcados, y Rockstalgia no podrá desprenderse de nosotros aunque se presenten en el Infierno.

martes, 4 de mayo de 2010

TV Martirio


Sale una encuesta en el diario el Nuevo Harald con la siguiente pregunta: ¿Cree que Radio y TV Martí han sido efectivas para la lucha por la democracia en Cuba? La mayoría opina que no, sin embargo, la realidad opina todo lo contrario.

En el mismo 1985 cuando salio por primera vez al aire la emisora Radio Martí, la opinión que tenia el pueblo cubano con respecto a la dictadura castrista dio un vuelco de trescientos sesenta y cinco grados. Yo estaba allí y puedo dar fe del cambio sustancial que ocurrió en la gente. A partir de entonces comenzaron a proliferar los defensores de la libertad y los derechos humanos como la espuma en un baso de cerveza. Lo primero que hizo el gobierno de Cuba fue suspender todos los viajes entre La Habana y Miami. Ese mismo día se quedaron varados en el aeropuerto de La Habana todos los pasajeros con destino a Miami, incluso los que estaban en Cuba de visita. A la dictadura por poco le da un infarto. Fueron años de información pura y clara. Mientras tanto el gobierno cubano se gastaba millones tratando de interceptar la señal. Los esfuerzos fueron enormes. Pero hasta tanto Fidel Castro no tenía el éxito esperado, las gentes se fue informando hasta crear cualquier cantidad de grupos de oposición. La variedad de grupos democráticos y defensores de los derechos humanos en Cuba le deben su existencia principalmente a Radio Martí.

La emisora ha tenido sus altas y bajas, sin embargo, eso, ligado con los esfuerzos del gobierno cubano para detener la emisiones de Radio a Cuba han llevado a que el objetivo por lo cual salio al aire Radio Martí no se haya logrado en toda su magnitud. Ahora bien ¿Cómo no se puede afirmar que Radio Martí ha sido eficiente? cuando de hecho, si no fuera por esa emisora, los cubanos estuvieran todavía con una fogata en alguna playa del Este de La Habana tratando de que el mundo se entere que en una isla del Caribe existe un gobierno militar y dictatorial que viola hasta el derecho de respirar.

Si el alcance que tuvo Radio Martí lo hubiese tenido su homologo visual, hace rato que la dictadura castrista fuera un triste recuerdo del pasado. Hay un dicho que dice: “Una imagen vale más que mil palabras” En el caso de Cuba esa imagen hubiese evitado todos los muertos que ha habido en la Isla a consecuencias de la dictadura en los últimos veinticinco años.

¿Por qué radio Martí si y TV no? Esa pregunta deberíamos hacerla a quienes han permitido que los esfuerzos enormes del gobierno cubano hayan tenido éxito. Los esfuerzos de Castro no solo han sido económicos, sino también estratégicos. Ha infiltrado en las emisoras a cuantos espías le ha dado la gana, ha cabildeado tanto en el Congreso americano que de no ser por los congresistas Ileana, Lincoln y Bob el proyecto Radio Marti estuviera en el basurero hace tiempo. Y hoy día, aun después que hasta una rana sabe que lo único que les puede abrir los ojos a los cubanos dentro de Cuba es dicha emisora, se está haciendo todo lo posible por ponerla lo más lejos posible para que se pueda escuchar solo el eco de su existencia.
Todo lo que sea información, pensamiento por cuenta propia y libertad de opinión, para el gobierno de Cuba es letal. De hecho la Internet en Cuba es una especie de nebulosa, una neblina ante los ojos del cubano tan impenetrable que muchos aun no saben que existe. El gobierno le teme tanto a la información y la imagen que ha creado una especie de Internet amurallada, es decir, una Intranet, una macabra manera de taparles los ojos a los cubanos con el objetivo que no puedan ver más allá de sus propias narices. Y para los que intenten cruzar desde afuera esa muralla, ha creado un ejército de cibercombatientes entrenados única y exclusivamente para defender esa muralla.

No haber hecho lo posible por hacer que la imagen de TV Martí llegara a Cuba fue un espaldarazo del gobierno americano a Castro y su pandilla, y una burla a las esperanzas de libertad e información del pueblo de Cuba. Llevarse lo que queda de Radio Martí para Washington, es una bofetada de la actual administración en el rostro de la libertad de información.