jueves, 16 de septiembre de 2010

CubaTube.com

La desfidelización de Cuba


Decía Albert Einstein que para que una nave alcance la velocidad de la luz, para impulsarla hace falta un motor que genere en menos de un segundo, la energía que genera la tierra en todo un año. Esto es relativo, porque si lo llevamos a la economía cubana, no despega ni con tres motores de esos.

Escucho a la gente hablar al respecto con abierta despreocupación. Algunos afirman que Cuba se está desfidelizando, y otros siguen con los ojos en la espalda y esperan quizás que está vez sea la definitiva. Nada más lejos de toda razón; no hay despegue económico en Cuba porque antes que eso suceda tiene que desmoronarse todo el andamiaje tejido a destajo por más de cincuenta años. La economía de mercado no es una ficha de dominó que encaja con otra de igual tipo en la mesa, como si solo bastara para jugar, cuatro personas, cuatro sillas, una mesa y 55 fichas. La madeja económica de un país necesita una infraestructura que no se arma de pronto, como si se tratara de cumplir una orden de Castro o simplemente de unos de sus caprichos.

Para que funcione el trabajo por cuenta propia de un simple carbonero, hay que empezar primero, con la fabrica de carbón, luego, la distribuidora, el vendedor, el carbonero, y primero y principal (como dice Cristinito) el cliente. Este es uno de los tantos oficios que va a permitir la dictadura que los cubanos realicen de manera independiente, sin embargo, para que ese simple negocio funcione, hace falta muchas otras cosas (aparte de las ya expuestas) que se hacen necesarias según vaya tomando forma; insumos, más que todo, y nada de eso existe ¿Quién sería pues el distribuidor de carbón en Cuba, el Estado? No, si el Estado está soltando ese oficio como si fuera una papa al rojo vivo, ¿cómo va a fabricar y distribuir carbón?

Carretoneros, arrieros, desmochadores de palmas, poncheros (de bicicletas) barberos, taxistas y cualquier cantidad de oficios que solo sirven para llamarse, oficios. Cualquier persona sensata en el mundo se preguntaría (con todo su derecho) ¿Esos oficios en Cuba los controlaba el Estado? Pues si, por muy idiota que parezca. Ninguno de los oficios desclasificados por el gobierno cubano aumenta en una décima porcentual el producto interno bruto (PIB) ¡No son cálculos de economía alguna! Luego entonces, ¿por qué tanta algarabía en el mundo libre? Pareciera que Cuba ha dado un pequeño paso para los cubanos, y un salto enorme para la humanidad.

Bueno, efectivamente de eso se trata, de manipular una vez más la opinión pública internacional. No es la primera vez que el gobierno de Cuba viola flagrantemente la frontera emocional de los cubanos con signos de apertura y supuestos cambios económicos, cada vez que le hace falta estirar un poco más la cinta elástica de la revolución, usa el mismo truco. Aparentemente el gobierno cubano sabe que los cubanólogos del mundo tienen menos memoria que una marmota, y es fácil, aparentemente, engoarlos como si fueran pesca fácil, y lo son, ya se están dando conferencias en salones, emisoras de radio y de televisión discutiendo la desfidelización de Cuba.

Es una verdadera lástima que pensadores reconocidos por su trayectoria intelectual en los últimos cincuenta años duden siquiera de las intenciones castristas. Todo es un juego político para mantener la maquinaria revolucionaria bien engrasada. Porque el tipo de motor que mueve los engranajes del sistema social cubano no lo entiende ni Einstein.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Las faldas de un Imperio


Al pastor Terry Jones de la Iglesia cristiana Dove Outreach Center en Gainesville, Florida, se le metió entre ceja y ceja prenderle fuego a una copia del libro sagrado de los musulmanes en protesta por los atentados que dieron al traste con la vida de más de 3 000 personas el 11/9/2001 en Nueva York y el Pentágono, y vale preguntarse. ¿Quién le dio derecho a este Pastor para darle candela a una copia del Corán? Que los extremistas musulmanes quemen los signos patrios de Estados Unidos cada vez que se les ocurre no le da ese derecho al susodicho Pastor, tampoco que le corten el cuello y muestren la cabeza sangrante por la tele de contratistas inocentes americanos y occidentales sin ningún tipo de consideración ni humanismo es suficiente para quemar un Corán. Ni los atentados a occidente, tampoco la guerra declarada al cristianismo acusándonos de infieles y amenazándonos cada día con la muerte.

Las celebraciones musulmanas con fiestas, bailes y cuanto placer ellos disfrutan cada vez que se cumple un aniversario de los atentados del once de septiembre, el cual ellos consideran una victoria del Islam sobre occidente, no puede ser causa justa que le de derecho al Pastor Terry Jones para quemar un libro viejo y trasnochado.

Solamente de pensarlo al Presidente de Estados Unidos le dio diarreas, y los militares se acobardaron tanto que aun en una oficina del pentágono con aire acondicionado y lejos de todo riego los generales no salen del baño.

Este comportamiento de dibujos animados y tiras cómicas me lleva a hacerme la siguiente pregunta ¿Qué mas tienen que hacer los terroristas musulmanes para que un occidental tenga derecho a quemar una bandera palestina, paquistaní, iraní o lo que les de la gana?

Ningún imperio ha sobrevivido a la furia de sus enemigos enviándole flores y tarjetas de amor. Toda nación es responsable por sus actos, ya sean de guerra o de paz, sin embargo, no se puede mantener una fruta madura encima de un árbol sin vigilancia por mucho tiempo, porque siempre vendrá alguien y le lanzará una piedra; Estados Unidos es el árbol que mas frutas maduras tiene en su cima, no es de extrañar pues entonces que todos quieran tirarle piedras, luego entonces, ¿Cómo proteger nuestro árbol de las piedras enemigas? ¡Cortándole la mano a los agresores! Es la única forma de adquirir respeto. No se puede ganar la guerra con los terroristas camuflados detrás de una imagen de concesiones, derrochando sentimientos de libertad y humanismo propios de un mundo quimérico de paz y buena voluntad. Tenemos enemigos por millones que quisieran ver que el sueño americano se convierta en una pesadilla, que dieran la mitad de la vida y hasta la vida propia porque nuestro sistema social colapsara, y lo más triste de todo es que lo van a lograr, si seguimos cortándole las alas a nuestras libertades por hacerle concesiones al enemigo van a conseguir darle la energía suficiente al terrorismo para que acabe de una vez con Los Estados Unidos de América.

El Sr. Terry Jones tiene derecho a quemar el libro que sea si es de su propiedad, también tiene derecho a protestar por la construcción de un templo musulmán en los predios de la zona cero todo aquel americano que así lo desee, porque si nuestros representantes no nos defienden, tenemos una constitución que si lo hace y nos da el derecho, incluso a defendernos de nuestros propios gobernantes. Muchas Gracias.