
Desde siempre la dictadura ha tratado de controlar la alimentación y la distribución de todo lo necesario para la vida dentro de Cuba, para ello ha construido una especia de malla policial que controla muy efectivamente los escapes independientes de vida. Han instaurado ciertos mecanismos que no permiten que los cubanos respiren sin el permiso gubernamental. Pero ahora esa maya represiva se ha agudizado de tal manera que es casi imposible alimentarse en Cuba sin el permiso del dictador.
“Un hombre dio muerte por apuñalamiento a un capitán de la policía nacional revolucionaria porque éste le decomisó los cucuruchos de maní a su anciano Padre ocasionando que el anciano se quitara la vida ahorcándose. Un policía asesinó a un joven en la carretera interprovincial porque el joven estaba vendiendo queso y barras de dulce de guayaba y se dio a la fuga para evitar que le decomisaran la mercancía” Cientos sino miles de vendedores ambulantes han sido multados o en su defecto encarcelados por pertenecer al movimiento independiente de alimentación alternativa, decomisos, registros, reforzamiento de los puntos de control policial y un inacabable numero de medidas represivas se han activado últimamente en Cuba para evitar que se mal interprete las mal llamadas reformas raulistas. Raúl Castro cometió un error al prometer reformas y cambios al socialismo cubano y no calculó que de lo único que debe adolecer la revolución cubana es de cambios, porque la revolución cubana ha vivido estos cincuenta años justamente por lo paradójico de su existencia. La revolución cubana solo fue revolución en la cierra maestra, cuando llegó al llano, a la Ciudad, se convirtió en una dictadura asesina, que ha cabalgado victoriosamente sobre la Isla de Cuba a base de muerte, prisión, exilio y calvario. La revolución cubana llega al cincuenta aniversario de su existencia sobre la cabalgadura de un futuro hecho cadáver. Muchas gracias.