sábado, 28 de agosto de 2010

Las Calles de Miami no son de Vigilia


Ahora resulta que las calles de Miami son de Vigilia Mambisa. Y vale preguntar: ¿Quien se las dio? Las respuestas de esta agrupación “anticastrista” a la política de intercambio cultural entre Estados Unidos y el régimen de la Habana se han convertido en especies de pachangas en donde el único ganador parece ser la Dictadura cubana. Esto se lo debemos única y exclusivamente a la iracunda e infantil consejería política que tiene Vigilia Mambisa. Su consejero de imagen, Manuel Priere, insiste en tildar a todos los cubanos de castristas, no importa si viven en Cuba, Europa, Miami o Jayalía, solo basta con disentir de su comportamiento exagerado para ganarse ese epíteto. El Sr. Saavedra parece ser una especie de marioneta de yeso con mucho pelo y escasa masa encefálica que se mueve y actúa según se muevan las cámaras de la tele; sería intrascendente, cursi e insignificante si no fuera por el daño que le hace a la imagen del exilio. Las disonantes marchas convocadas por este movimiento parecen seguir un patrón, una macabra y desorientadora postura que más que mandar un mensaje de unión, oposición y patriotismo clásico de la comunidad exiliada, parece seguir orientaciones de de la dictadura castrista.

No soy el único que tiene la idea de que Vigilia Mambisa se comporta de modo tal que con enemigos como ellos, a Fidel y Raúl no le hacen falta otros amigos. Toda la ensarta de mentiras en la cual se ampara la dictadura cubana para desacreditar al exilio cubano son responsabilidad de Vigilia Mambisa; ningún cubano con dos dedos de frente aprueba el comportamiento exageradamente intransigente de Saavedra y su manada de ancianos trasnochados.

¿Qué diferencia existe entre las brigadas de respuesta rápidas del régimen castrista, y las brigadas de Saavedra? Solo el hecho de que no pueden dar golpes, ni maltratar físicamente los separa en poca medida de las porras de Castro, son la imagen detrás del espejo sin autorización para golpear, si la tuvieran, la imagen sería exacta.

El siguiente extracto de una convocatoria de Vigilia Mambisa no puede más que encender las alarmas de nuestra responsabilidad para no permitir que esta gente siga enlodando la imagen del exilio cubano:

“EL DIGNO EXILIO CUBANO, CONJUNTAMENTE CON NUESTROS OFICIALES CUBANO-AMERICANOS TENEMOS QUE TRAZAR UN PLAN DE EMERGENCIA INMEDIATO :!RECUPERAR LAS CALLES DE MIAMI PARA EL EXILIO CUBANO !¿QUIENES CON MÁS FUERZA MORAL Y MEJOR QUE NADIE PUEDEN COORDINAR ESTA TAREA ?!NUESTROS VETERANOS CUBANO-AMERICANOS !NECESITAMOS LA COOPERACION DEL ESTABLISMENT CUBANO-AMERICANO Y LOS OFICIALES ELECTOS CUBANO-AMERICANO DE MIAMI”

Lo anterior es un llamado para torpedear la presentación de Los Aldeanos (Dúo undergrown cubano) que se presentarán el próximo 13 de Noviembre en el Miami Dade County Auditórium. Un duo musical como ningun otro en Cuba, el único grupo musical cubano conocido internacionalmente por obra y gracia de la Internet que denuncia con más cojon…s que Maceo los abusos de la dictadura cubana. ¿Quiénes somos nosotros para prohibirles a esos valientes chicos que se vistan como mejor les parezca? No señores de Vigilia Mambisa, ustedes no son nadie, ni lo serán. En una Cuba libre no se puede hacer lo que hizo la dictadura, no los queremos, no los deseamos. En una Cuba libre la palabra libertad lo debe decir todo. Porque la ley primera de nuestra Cuba libre, debe ser el respeto a la libertad plena del hombre. Si alguien se pone una camiseta con la imagen del Ché y a otros no les gusta, con no mirar tienen, no se puede legislar para prohibir sino, para vivir.

Los Aldeanos se van a presentar en Miami (si el régimen les da la carta blanca) Si eso sucede, en lugar de torpedearlos, debemos apoyarlos, debemos agradecerle su lucha, su valor, su sostén. Son chicos que se merecen nuestra solidaridad, con camisetas con la figura del Che o la de Cristo, da igual. No nos podemos buscar más enemigos, con los que tenemos nos sobra.

Se que Vigilia Mambisa no escuchará este llamado, se que tal vez me acusen de lo que quizás ellos son, sin embargo, alguien tiene que decirles la verdad, para que sepan que, las calles de Cuba serán de Fidel, pero las de Miami, no tienen dueños, y el exilio cubano, tampoco.

Luís Alberto Ramírez - Miami

martes, 24 de agosto de 2010

La saga del Cardenal


Existen algunos aspectos del comportamiento de la jerarquía católica en Cuba que no concuerdan con la doctrina cristiana. Yo diría que decir algunos sería modestia de mi parte, porque si vamos a los hechos concretos, diplomacia aparte, pudiéramos decir que la Iglesia católica cubana es un instrumento de la dirección del partido comunista de Cuba, un tentáculo que sirve por entero al socialismo castrista. De hecho, todos aquellos miembros laicos o curas que contradicen los lineamientos tácitos del comportamiento eclesiástico, son de alguna manera sacados del cinturón de influencia; echados al olvido, enviados a lugares remotos lejos de la curiosa prensa internacional, o llamados a retiro.

La historia es muy clara y todos la conocemos, desde el mismo inicio de la revolución castrista, la Iglesia se dio cuenta que no podía con tan astuto enemigo y decidió unírsele, aun y cuando las consecuencias a pagar fueron demasiado altas. Aun cuando fue despojada hasta de los templos, expulsión de sacerdotes e intervención de todos sus vienes, la política a seguir fue, ¡poner la otra mejilla! Para nadie es un secreto que la Iglesia para la naciente dictadura era un objetivo clave, acabar con la doctrina fue tarea de todos los días, tan fuerte fue la presión ejercida sobre ella, que solo bastaron unos pocos años para que los cubanos abandonaran en masa los Templos. Sin embargo, así como se penetró a todas las instituciones fraternales. Odd Fellows, Masones, y Caballeros de la Luz, también se hizo un trabajo muy inteligente con la Iglesia. Solo Dios y el Papa saben cuantos curas cubanos pertenecen al Departamento de Seguridad del Estado, de hecho, el comportamiento próximo pasado nos demuestra que más que intermediaria en el conflicto gobierno/pueblo, la Iglesia ha sido una especie de acicate, una colchoneta que amortigua la estrepitosa caída de la dictadura.

Los hechos no mienten. ¿Cuándo la Iglesia cubana se ha preocupado por la existencia de algún preso político y sus familiares, de algún familiar de fusilado? ¿Qué dijo cuando la matanza de Canimar, la masacre de Tarará, el remolcador 13 de Marzo o los tres negritos fusilados por escarmiento? es más, en muchas ocasiones los curas se han confabulado con las autoridades policiales para hacerle emboscadas a los opositores en las puertas de los Templos. En el exilio hay muchos opositores que no me dejarían mentir, que creyeron encontrar en el regazo de la Iglesia protección y encontraron todo lo contrario. Pero no vallamos tan atrás, ahora mismo ¿Qué le dijo el arzobispo de Holguín a Reina Luisa Tamayo Dangel cuando exigió de la Iglesia de Banes cobijo para ella y sus hermanas solidarias de blanco? Si no fuera por la postura valiente de esta dolida madre, el cardenal Ortega se hubiera hecho el de la vista gorda.

El protagonismo de la Iglesia cubana no es sospechoso, es sumamente conspirativo y traicionero. Digan lo que digan en su defensa laicos y curas, la Iglesia cubana ha violado fragantemente su doctrina, no hay un solo versículo en la Biblia que me diga que un pastor saque a una oveja de un pozo para tirarlo a otro. Debía ser tarea de la Iglesia evitar que sean manipulados emocionalmente los presos políticos cubanos para que abandonen su lucha interna y acepten el destierro como solución a su injusto cautiverio. La dirección eclesiástica en Cuba sabe muy bien que preguntarle a un reo condenado a veinte o treinta años de prisión, si quiere abandonar el territorio nacional, es lo mismo que preguntarle a un niño que si quiere un dulce, pocos dirán que no, a no ser que sean diabéticos de nacimiento, más aun si el reo en cuestión sabe que todos los que se han negado a ser desterrados han sido ignorados y siguen en cautiverio.

Todo el mundo sabe que las excarcelaciones cubanas no son humanitariamente legítimas, ni de buena fe. En primer lugar, porque ningún reo desterrado a tenido siquiera la posibilidad de ser liberado, es decir, de la cárcel al avión que lo traslada al destierro, luego, el Cardenal se ha encargado de presionar sicológicamente a los presos para que abandonen Cuba; ha llegado a preguntarle a un reo que prefiere quedarse, si su esposa estaría de acuerdo en abandonar territorio cubano sin él ¿Cómo un cura va a preguntar tal cosa?

Ahora, la respuesta a la carta de los opositores que no están de acuerdo con el manejo de la política de excarcelaciones del régimen en contubernio con la Iglesia, acaba de probar que la actuación de la jerarquía católica cubana más que pastoral es política. ¿Cómo es posible que la Iglesia cubana ponga la otra mejilla cuando el gobierno de Cuba la maltrata, y cuando un cubano de a pie le reprocha su comportamiento se molesta y no permite critica? La Iglesia no está midiendo con la misma vara la problemática cubana. Mide el comportamiento abusivo, arcaico y medieval del gobierno cubano de un modo muy pastoral, y el democrático y libertario de la oposición de manera totalitaria.

Yo, para ponerme de ejemplo, soy la muestra del trabajo de desinformación doctrinal del gobierno cubano en contra de la Iglesia. Soy la muestra viva, como la mayoría de los cubanos, del desconocimiento religioso de un pueblo que acudió de nuevo a los templos, no porque creía en Dios sino, porque creyó que al amparo de la Iglesia católica cubana nuestro calvario tendría un alivio. ¡Que equivocados estábamos! Caímos en la misma trampa que cayeron nuestros padres con Fidel y su revolución. Comprendimos que a la iglesia cubana no le interesa pastorear ovejas sino, arrearlas, que no ve el pan como alimento sino, como ostia, y que no interpreta el vino como la sangre de Jesús sino, como símbolo de bienestar, de buena vida, de gula.

Si es verdad que existe el juicio final, ellos sabrán cual será el papel que han de desempeñar, si el de juez, o reo.