viernes, 1 de octubre de 2010

Ecuador se ajusta la Correa

En un movimiento de imitación casi idéntico al protagonizado por Hugo Chávez en el año 2002, el Presidente de Ecuador Rafael Correa acabó por obtener la justificación necesaria para radicalizar la revolución bolivariana y acabar de implantar de una justificada vez en su país el socialismo del siglo XXI. El arrebato de la mañana de autos, cuando con un comportamiento iracundo, casi infantil, se rasgó la camisa y expuso el pecho al viento con valiente premeditación, no fue más que allanar el camino para lo que sucedió después. Los hechos del mediodía del 30 de septiembre no debieron ser una sorpresa para el mandatario porque la ira de las fuerzas públicas no era cosa nueva para nadie, mucho menos para él que aprovechó la oportunidad para asistir al evento con ingenuidad sospechosa.



Todo pareció haber estado calculado. Primero, la ira del mandatario, después, su papel de victima secuestrada mezclado con la convicción teatral de no negociar justamente lo que fue a negociar, luego, el encadenamiento informático nacional, y por ultimo, la campaña orquestada en La OEA por la alianza bolivariana socialistoide del cono sur.

El Presidente Rafael Correa ha hecho todo lo humanamente posible por seguirle los pasos a corta distancia a Chávez, ha ido un poco más lejos en lo que a control ciudadano se refiere, conformando mucho antes que Chávez los Comités de Defensa Ciudadana, lo que es lo mismo que los CDR cubanos, sin embargo, al no tener la mayoría absoluta del congreso la carreta revolucionaria se le había atascado un poco.

La ministra de la Política, Doris Solís, había señalado previamente esta semana que Correa estaba evaluando la posibilidad de disolver el Congreso y llamar a elecciones generales anticipadas, haciendo uso del mecanismo constitucional conocido como "Muerte Cruzada'', que faculta al presidente hacer uso de estas medidas en casos de crisis o de conmoción interna.

¿Que viene después de los acontecimientos del pasado 30 de septiembre?

La puesta en marcha de la maquinaria bolivariana a todo vapor. La puesta en práctica del mecanismo “Muerte Cruzada” es ya un hecho en el Ecuador. En los próximos meses vamos a ser testigos de un acontecimiento político sui géneris, que pocos pensadores se les hubiesen ocurrido sin haber estudiado con profundidad la mentalidad totalitaria y egoísta de la izquierda latinoamericana.

El Presidente Correa se arriesgó y obtuvo resultados irrebatiblemente satisfactorios; ahora solo falta acabar de ajustarles bien la correa a los ecuatorianos.

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