domingo, 13 de julio de 2008

"Impune inmunidad"

''Un dulce recuerdo y una amarga pesadilla contrastan hoy en mi memoria. Espero tranquilo el momento en que la justicia acabe con mis desvelos, en tanto van sanando mis heridas del corazón de la mano de Dios''. Jorge García.

Hoy recuerdo con verdadero dolor aquellas imágenes que en un solo día recorrieron el Mundo y que dejaron una huella muy visible en el corazón de muchos cubanos. Maria Victoria Suárez daba a conocer ante las cámaras de televisión la verdadera historia del hundimiento del remolcador 13 de Marzo. Recuerdo con verdadera claridad como la desesperada Madre contaba los sucesos que llevaron al fondo del mar a 37 seres humanos entre ellos once inocentes angelitos de Dios en los que se encontraba su pequeño hijo.

Recordar este atroz crimen sin sentir odio es totalmente imposible, no solo por lo trágico del asesinato, sino, por lo premeditado de los hechos, hechos que aun cuando todavía las victimas no habían terminado de ser alimento de peces, algunos medios de información como el New York Time se negaban a denunciar. Fueron hechos muy dolorosos que graban un titulo criminal muy fuerte en la historia del castrismo en Cuba.

El crimen fue premeditado, las autoridades a sabiendas de los planes de los fugitivos, acordaron emboscarlos y eliminarlos en forma masiva, Fidel Castro personalmente le dio la orden a Casas Regueiro para que llevara a cabo la dirección del macabro asesinato, justamente esa madrugada del trece de Julio, exactamente a las tres de la madrugada cuando aun se estaba cometiendo la masacre, el diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba estaba cerrando la edición del libelo apuntando con total descaro el hundimiento del remolcador. Aun antes de que las víctimas llegaran a su morada final, ya el Granma estaba dando a conocer la trágica noticia considerándola como un hecho llevado a cabo por antisociales y delincuentes de las baja calaña; antes aun de haberse consumado el crimen ya habían escrito su coartada.

La orden era asesinarlos a todos sin dejar testigos. Aun las sobrevivientes en el agua, después de ser fracturada la embarcación por los constantes golpes de los Polargos, siguieron por espacio de una hora embistiendo a los náufragos que luchaban por sus vidas en las oscuras aguas. Algunos se agarraron de una nevera que flotaba, y cada vez que el polargo embestía, alguien se hundía para no subir jamás. Así poco a poco fueron muriendo. Maria Victoria vio como su hijo se escapaba de sus brazos empujado por un disparo de agua que le propinó uno de los tres Polargos que protagonizaban el crimen. Jorge García Mas perdió 14 miembros de su familia y al igual que Victoria no se recupera de los amargos recuerdos.

Aquella noche fue en verdad como estar a la entrada del infierno. Pero Dios es oportuno, la presencia por casualidad en la escena de un barco de bandera griega paralizó la comisión del crimen he hizo que las guardacostas militares que a la sazón estaban apostadas a cierta distancia observando tranquilamente el aniquilamiento en masa, tomaran cartas en el asunto y paralizaran el crimen, esto hizo que sobrevivieran 31 de las 68 personas que iban en el remolcador.
Declaraciones a dado el régimen de todo tipo para justificar el vil asesinato, ninguna tienen base, algunas tan estupidas como que la embarcación se hundió porque tenia 113 años de construida, o sea que el remolcador existía cuando todavía Cuba era colonia de España.

El ex patrón marítimo Marcelo López Bañobre, quien realizó meses después un informe técnico desacreditando la versión oficial de lo ocurrido, fue uno de los 75 disidentes condenados en el año 2003 por supuestas amenazas a la seguridad nacional. López, que presentó varias demandas ante el gobierno cubano que nunca tuvieron efecto, cumple actualmente una condena de 15 años de cárcel.Tampoco se entregaron los cadáveres de las 37 víctimas (11 menores), que en su mayoría fueron rescatados por las lanchas torpederas cubanas y por buzos que exploraron la zona. El remolcador nunca fue extraído de las profundidades marinas, aunque Cuba contaba con potentes grúas, capaces de izar embarcaciones de hasta 1,000 toneladas. Las palabras de Jorge García son hoy quizás las mas apropiadas para guardar respeto por las victimas, son el epitafio que debía guardar cada una de las lapidas de las victimas en caso de que existan, por lo menos hasta que se haga justicia. ''Un dulce recuerdo y una amarga pesadilla contrastan hoy en mi memoria. Espero tranquilo el momento en que la justicia acabe con mis desvelos, en tanto van sanando mis heridas del corazón de la mano de Dios''.

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