jueves, 4 de septiembre de 2008

¿Dónde amarro la chiva?

"No es hora de lamentarse, de esperar que las cosas pasen, es hora de actuar, de hacer que las cosas pasen"

Las noticias que llegan de Cuba son realmente preocupantes, específicamente las que llegan de la parte occidental del territorio por donde pasó el ojo del huracán Gustav. Soy nativo del pueblo de Los Palacios y allí vive la mayoría de mi familia, padres, hermanos sobrinos y primos y sé por informes telefónicos que allí no quedó donde amarrar la chiva.

Los vientos de Gustav fueron devastadores, la mayoría de las viviendas perdieron los techos y un sesenta por ciento fueron destruidas totalmente. En estos momentos que escribo esta nota me informan desde allá que no hay electricidad, y por consiguiente no hay manera de preparar alimentos. El gobierno con su política de “revolución energética” acaba de darse cuenta que cometió un estruendoso error al sustituir las formas de cocinar tradicionales por aparatos eléctricos. No hay keroseno, gas ni ningún tipo de combustible que pueda ser usado en la preparación de comestibles, solo la forma mas prehistórica es usada en estos momentos para meramente apalear el hambre.

El mundo tiene que hacer algo para ayudar a Cuba, ahora no importan las diferencias políticas, ahora solo debe prevalecer la solidaridad humana. Hago por esta un llamado a Europa, Asia, Estados Unidos y América Latina para que en una hora como la actual se solidaricen con el pueblo cubano y no permitan que se agrave aun mas su sobre vivencia. Estados Unidos y el exilio cubano debe decir presente primero que nadie. No importa quien o quienes distribuyan la ayuda, lo mismo las Iglesias, los grupos civiles y opositores o el gobierno, todos son en estos momentos herramientas necesarias para evitar una catástrofe aun mayor. Debemos dejar a un lado las diferencias políticas y actuar a favor del que lo necesita. El huracán Gustav cruzó por el medio de la provincia de Pinar del Río, en San Diego de los baños se registraron ráfagas de 217 millas por hora, nunca un huracán ha azotado territorio cubano con esa ferocidad. Lugo entonces debemos soslayar las pocas imágenes salidas del epicentro de la tragedia y concentrarnos en la magnitud práctica del desastre. El gobierno cubano debe dejar a un lado su retórica triunfalista y permitir que el mundo ayude al pueblo a apalear la crisis, el humanismo en estos momentos críticos para la población occidental de Cuba debe ser base fundamental de las autoridades cubanas. Hay que hacer una moratoria política por ambas partes y ayudar a nuestros hermanos, no hay espacio para sectarismos en estos momentos. Cuba necesita hoy más que nunca de la solidaridad del Mundo, del uso creativo de la razón y del amor de sus hijos, seamos pues consecuentes con esa necesidad, yo por mi parte, porque soy hijo de Cuba y justamente del Pueblo de Los Palacios ya tengo hecho mis maletas, en estos momentos me importan un bledo las consecuencias. Muchas gracias.

Luís Alberto Ramírez. Miami

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