domingo, 6 de abril de 2008

¿Leal o servil?

 “compartir una manzana no hace la diferencia, la diferencia la hace compartir una idea”

He leído con curiosidad el discurso pronunciado por el historiador de La Habana en el pleno del VII congreso de la UNEAC y me ha parecido de un cinismo intelectual sin limites. Las palabras bien escogidas de ese discurso me recuerdan el significado de la palabra lacayo. Sería tonto querer decir solo que este encantador de guanajos es simplemente un  servil, bajo y rastrero servidor sino, para mí es mucho mas, es un hombre capaz de engañar a su propio amo con tal de, como él mismo dijera al final del discurso, “sobrevivir”. No le bastó solamente adular con sus babosas palabras al pasado dictador sino, que babea asquerosamente al sustituto para lograr posarlo de por vida en el pedestal vacante. Pero bueno, creo que llenar de epítetos solamente este artículo no demuestra mucho, hay que profundizar de manera que la duda se disuelva totalmente. Todo lo anteriormente dicho cabe en la base lógica de cualquier observador, empero no basta solo eso, hay que hilvanar lo escrito para hacernos una profunda idea de hasta donde puede llegar el comportamiento servil de los intelectuales de la UNEAC.

 Para empezar quiero decir que hay algo en lo cual coincido totalmente con Eusebio, y es justamente cuando afirma que en ningún lugar del mundo se pueden reunir los intelectuales como lo hacen en Cuba. Coincido porque ciertamente tiene razón, el simple significado de la palabra intelectual reafirma las palabras del historiador de la Habana porque intelectual es un significado demasiado individualista y no estaría de ninguna manera en sintonía con lo establecido, es decir, el intelecto no es colectivista, y la reunión del VII congreso de la UNEAC si lo fue. Para lo único que se pudieran reunir los intelectuales es para compartir sus ideas y eso siempre se ha llamado “Peña”. Decía G.B.Shaw “compartir una manzana no hace la diferencia, la diferencia la hace compartir una idea” porque hay pocas cosas que mientras mas se comparten a mas tocan, una de ellas son las ideas. Los intelectuales no tienen que hacer propaganda de sus sentimientos entre ellos porque con el mundo les basta. No se puede poner una lámpara debajo de una mesa para que alumbre, hay que ponerla en una cima, y en ese congreso hubo que encender una cerilla para encontrar la sinceridad, mas la cerilla se apagó.

 No hay sinceridad en las palabras de Eusebio Leal ni en ninguno de los demás seudo intelectuales reunidos en el ultimo pasado congreso de la UNEAC, la cobardía y el discurso de palabras exportadas fueron el plato fuerte de la jornada, fueron algunos tan cobardes que quisieron imitar al joven estudiante de la Universidad de ciencias informáticas pero no pudieron, se quedaron tan cortos que cualquiera se daba cuenta del tartamudear. Pero no me quiero ir por las ramas, el discurso de Eusebio Leal fue el que sirvió de base a las especulaciones de los ilusos y las esperanzas están mal fundadas porque no fue sincero el discurso, porque sus palabras no salieron de su corazón sino, de su cobarde actitud. ¿Cómo puede decir alguien que durante casi cincuenta años ha visto como le han quitado las tierras a los campesinos, que ha visto como los explotan, como le niegan el agua, los fertilizantes, los insumos, los equipos de labranza, como les roban la cosecha, como los sacan de sus conucos y los reconcentran en edificios preconstruidos parecidos a palomares, cómo puede decir que ahora pueden trabajar la tierra libremente porque las circunstancias que los maltrató por casi cincuenta años ya no existen? “Porque el país, efectivamente, asume que lo que hasta ayer no fue conveniente o prudente, hoy es necesario” pero ¿Por qué no fue conveniente  o prudente cumplir con los postulados de la revolución? ¿Por qué no se dejó que funcionara la reforma agraria? ¿Por qué no se hicieron elecciones como se prometió? ¿Por qué nos convertimos en satélite de una potencia extranjera? ¿Por qué negaron el desarrollo individual a los cubanos? ¿Por qué no era conveniente o prudente? ¿Hoy es necesario? Si las cosas no son como dicen vuestros mortales enemigos entonces ¿Cómo son o cómo van a ser? ¿Va a cumplir su “General” finalmente con los postulados de la cierra? ¿Va a permitir que funcione de una buena vez la reforma agraria, que haya partidos de oposición, va a soltar los inocentes presos de conciencia, va a llamar a elecciones en un año, va a permitir la prensa libre, la Internet?  ¿A que el señor Leal llama esperanza?

 Me parece que sí, que tienen razón los mortales enemigos del historiador de la Habana, mientras haya papagayos defendiendo la esperanza como lo hace Eusebio Leal y la partida de carneros intelectuales de la UNEAC no habrá esperanzas. Porque la esperanza de Cuba no puede estar de ninguna manera ceñida a la voluntad de unos cuantos septuagenarios que se adueñan del derecho de determinar quien puede ser cubano o no, si hay esperanza o no. No son solamente los hijos del historiador los que son cubanos, son cubanos todos aquellos que se sienten cubanos por nacimiento o que por circunstancias hayan nacido fuera. Eusebio menciona a Martí cuando a su discurso le conviene, cuando no, otorga. Es cobarde cuando confunde patria con gobierno, nación con liderazgo, o tierra con doctrina, es mal Padre cuando es capaz de aborrecer a sus hijos si por derecho reclaman libertad al opresor.

 Hay muchos hoy hablando de lo esperanzador del discurso de Leal, son optimistas irreductibles, crónicos iluso que no ven mas allá de donde miran. Yo soy quizás ese enemigo mortal que mira con los ojos y ve con la razón, porque sinceramente no veo esperanza, no mientras en manos de generales e intelectuales carneros esté la tierra que me vio nacer.

 

Luís Alberto Ramírez Miami.

 

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