martes, 28 de julio de 2009

La paciencia tiene límites

Nada va a cambiar hasta que esa partida de viejos se muera, sí, se muera. Nada me duele tanto como la espera, pero existen situaciones que llaman a la paciencia, y ésta es una de ellas...
El gobierno del presidente Obama mandó a desactivar un letrero que había colocado la pasada adminis-tración americana en lo alto de la oficina de intereses de EEUU en La Habana. El letrero en cuestión era un panel electrónico que informaba a los cubanos que pasaban cerca del edificio o por el malecón, acerca de la carta universal de los derechos humanos. Realmente el cartel no hacia daño a nadie que no fuera al gobierno cubano, tanto fue así que el gobierno ordenó colocar decenas de altos mástiles con banderas negras frente al edificio para que el pueblo de Cuba no pudiera ver la pantalla informativa.
La respuesta del gobierno cubano a la aparición del informativo cartel demuestra tácitamente el peligro que representa para la dictadura que los cubanos sepan que no son esclavos y que en el mundo existen leyes que protegen a los seres humanos de los déspotas. Sin embargo, la blandenguería de la nueva administración americana ha llegado tan lejos que prefiere bajar un cartel, que el único presupuesto que gasta es la electricidad que consume, y dejar a los cubanos desinformados, antes de admitir que los hermanos Castro no desean sus adulaciones.
La administración americana ha gastado las suelas de los zapatos corriendo tras los Castro para que éstos se sienten con ellos a negociar. ¿Negociar qué? Elecciones libres, libertad para los presos políticos y de conciencia, libertad de expresión, libre acceso a Internet, libertad de movimiento, sindicatos independientes, libertad de reunión y asociación, mercado libre, libre empresa; ¿están locos los americanos o están soñando?
Para lograr sólo que los cubanos acepten reunirse, los americanos han hecho el ridículo a gran escala. Le han hecho todas las concesiones que los Castro han querido, y la repuesta siempre ha sido una trompetilla.
Quitar el letrero es una blandenguería de Obama, pero no por ello Castro va a mandar siquiera a retirar la retahíla de banderas colocadas frente a las oficinas americanas.
La administración de Obama, incluso todos los demócratas del mundo, deben finalmente comprender que la situación cubana no es un problema de libertad, democracia, incluso de política: es un asunto de supervivencia, una batalla por alargar la dictadura hasta que los fundadores mueran. La dirección de la vetusta revolución es muy anciana y está llegando a su fin, la generación que supuestamente recogería la bandera y seguiría el camino del castrismo, acaba de ser aniquilada y sólo quedan algunos viejos moribundos, a punto de estirar la pata y decirle adiós a este mundo, para bien de los cubanos.
No hay relevo generacional en el gobierno cubano, la senilidad de los castristas se encargó de asesinar ese relevo ¿Qué queda pues para la continuidad del castrismo en Cuba? ¡El estatus quo!, no existe otra alternativa. Mantener las riendas del poder es, para la vieja dirección castrista, un problema de vida o muerte ¿Quién de nosotros, con la historia de estos viejos castristas, en su lugar no hiciera lo mismo? En caso de hacer concesiones, el metro de pellejo de esos viejos se cotizaría en la Plaza de la Catedral a menos de dos centavos, y ellos lo saben, no porque sean inteligentes sino, porque la historia se ha encargado de mostrárselo día tras día.
A la dirección senil de la revolución cubana no le importa para nada la crisis nacional, ni los pasos calibrados, ni el levantamiento de las sanciones migratorias, ni que bajen un cartel o suban otro, incluso, el levantamiento del embargo, sólo le importa mantenerse en el poder el tiempo necesario para agotar sus vidas. Cuando el último de los revolucionarios históricos se apague, apagará con su muerte la Revolución y sólo a partir de ese momento, comenzará a salir el sol en Cuba.
Nada va a cambiar hasta que esa partida de viejos se muera, sí, se muera. Nada me duele tanto como la espera, pero existen situaciones que llaman a la paciencia, y ésta es una de ellas.
Para los cubanos no existe otra alternativa que la paciencia. Muchas gracias

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