domingo, 2 de noviembre de 2008

"La futura moral"

"Pioneros por el comunismo, seremos como el Ché"
Después de muchos años regreso a Cuba y choco brutalmente con una realidad tan abrumadora que de no ser testigo ocular jamás hubiera creído. Sabía por informes de prensa acusados de distorcionadores por el régimen de La Habana que la sociedad cubana había sufrido una especie de transformación moral donde cualquier tipo de aberración se consideraba normal y que no dañaba en lo mas mínimo la conciencia nacional. En un monograma del investigador mejicano Cristi Cou sobre el comportamiento moral de la sociedad dice, y cito textualmente Los valores morales surgen primordialmente en el individuo por influjo y en el seno de la familia, y son valores como el respeto, la tolerancia, la honestidad, la lealtad, el trabajo, la responsabilidad, etc.
Para que se dé esta transmisión de valores son de vital importancia la calidad de las relaciones con las personas significativas en su vida, sus padres, hermanos, parientes y posteriormente amigos y maestros. Es además indispensable el
modelo y ejemplo que estas personas significativas muestren al niño, para que se dé una coherencia entre lo que se dice y lo que se hace”.

En la Cuba de hoy parece haber desparecido de la mente nacional este comportamiento. En uno de mis recorridos fui a mi antiguo barrio, y observé que en lugar de estar en mejores condiciones la infraestructura habitacional y social, descubrí todo lo contrario. La calle en cuestión estaba mucho mas deteriorada que cuando en ella vivía, Las fachadas no se pintaron viviendo yo allí ni después que me fui, nada era siquiera parecido, el deterioro era brutal, la mayoría de mis vecinos se habían mudado y otros abandonaron territorio nacional, todo era distinto; solo el medico de la casa grande y Martha la del solar vivían todavía allí, con ellos pude hablar, y como fiel testigo de aquella platica es que me dedique a comprobar si aquello era una realidad solo de mi deteriorado barrio de La habana vieja o una epidemia nacional. Martha dijo, emocionada, orgullosa, feliz “Mi hija se juntó con un español, es en verdad mucho mayor que ella, le lleva casi treinta años, es mayor incluso que yo, pero es muy bueno…ya nos compró en la tienda para turistas extranjeros un televisor y una video casetera, ahora él está para España y ella está con el canadiense, casi no se entienden pero es también muy bueno con ella y conmigo, imagínate que mañana vamos con él pa’la tienda que nos va a comprar el refrigerador…ya lo tenemos casi todo en casa (un cuarto de solar) solo nos falta un equipo de música pero eso no importa, en cuanto llegue el italiano nos lo compra”
El medico ni se inmutó, la conversación fue tan normal a su entendimiento como si hubiera estado hablando con un colega de asuntos profesionales. Las hijas del medico que son dos habían tomado un mejor camino, una vivía en el extranjero, la otra estaba felizmente casada, pero él estaba frustrado, su vida se había convertido en algo cotidiano, desesperanzado, sin estímulos sociales ni materiales, solo con el mísero salario de él y de su esposa, viviendo del subsidio estatal.

Pero esa no es la otra cara de la moneda, en este caso la moneda tiene una sola cara. Escuché decir infinidad de veces al periodista cubano Agustín Tamargo que a él no le preocupaba el futuro desarrollo económico de Cuba porque eso lo garantizaba su dispara, a él le preocupaba mas que todo el futuro moral de la sociedad cubana “Un puente se construye en un mes (decía), una casa, una carretera pero ¿Cuánto tiempo demoraría reconstruir la moral de una sociedad acostumbrada a mentir, prostituirse y robar por cincuenta años? A Agustín le preocupaba solo la reconstrucción moral de Cuba pensando que la sociedad cubana es conciente de esa perdida de valores pero, cuando una sociedad no conoce la escala de valores morales, cuando no distingue lo bueno de lo malo ¿Quién arregla eso?


Ya no hay sobre vivencia en Cuba sin la posesión de moneda extranjera, quien no la tiene no vive. La moneda nacional, la que el estado usa legalmente para el pago de los deberes estatales al pueblo no tiene valor ni siquiera numismático, nada se puede hacer con esa moneda que no sea pagar la escasa canasta familiar subsidiada por el gobierno, en consecuencia, solo la moneda extranjera tiene valor de vida a nivel nacional, por cuanto, su uso es necesario y vital. Es consecuencia, de la necesidad de usar esta moneda es que el cubano se ve en la obligación de conseguirla a como de lugar, sin escatimar consecuencias.

¿Qué futuro moral se puede esperar de una sociedad que considera la prostitución un orgullo familiar? Para ello, para vivir orgullosa una familia de tener en su seno una prostituta se ha llegado hasta manipular la semántica para cambiarle el nombre a la profesión mas antigua del mundo, en cuba se llama “jineterismo”.

No solo la familia es responsable por la educación moral de la sociedad, también la educación escolar es responsable de esta situación. Pero desgraciadamente en Cuba una cosa habla el gobierno de la educación y otra muy distinta es la realidad. En un documental realizado por reporteros españoles y difundido por Tele5 se manifiesta claramente la conexión de los proxenetas en Cuba con los profesores de escuelas y la facilidad con que estos maestros venden por moneda extranjera a menores de edad para que practiquen la prostitución; en el documental de marras se demuestra no solo la complicidad catedrática en el desarrollo inmoral de los alumnos de las escuelas de enseñanza madia sino, la colaboración en tal sentido de las propias autoridades y la policía.

No se debe culpar solamente a la pobreza de estas manifestaciones inmorales, mas que a la pobreza hay que culpar al motor impulsor de esa sociedad que no es otro que sus lideres y la política que guía sus destinos. En los países tercermundistas de Latinoamérica es una constante la prostitución y la pobreza, son si se quiere elementos endémicos de esas sociedades, incluso la prostitución infantil. La diferencia radica en dos elementos muy importante, el primero, el sistema educacional de ningún país tercermundista de Latinoamérica se presta ni se ha prestado jamás a compartir ganancias con los proxenetas por muy pobre que sea el sistema y en segundo, en ningún país de Latinoamérica se ha hecho una revolución justamente para erradicar ese flagelo de la sociedad, por tanto, la revolución cubana aparte de ser una gran estafa, es completamente culpable del futuro inmoral de la sociedad cubana. Muchas gracias.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Luis,exelente tu articulo.

Creo que las generaciones actuales en la isla estan perdidas en todo sentido.Para que se vuelva a restablecer cierto sentido moral en Cuba,tendran que nacer nuevas generaciones bajo un sistema menos amoral,mas civico,y al menos ,con algun sentido democratico.

saludos

Luis Alberto Ramírez dijo...

El problema mi estimado José es el siguiente ¿quienes van a ser los padres de esas generaciones que estan por nacer? El problema que deja el castrismo tras de si es grave, muy grave.