
Claro que no hay comparación, es que en Cuba después de la llegada de los hermanos Castro al poder nada tiene comparación, ellos son una especie de eufemismo político, son maestros de la dialéctica y manipuladores de la semántica en función de tergiversar la realidad, porque para los castristas la verdad es funcional siempre y cuando se observe a través del cristal de sus caprichos.
Amparados en el apoyo que reciben de multitudes de ignorantes y confundidos izquierdistas del mundo se dan el lujo hasta de asesinar a cuanto cubano deseen sin escatimar edad ni sexo y nadie los cuestiona por miedo a esa multitud; los Castro se dan el lujo de hacer lo que cualquier dictadura hace y mucho mas y a nadie se le ocurre acusarlos de tal. La prensa (poniendo el ejemplo mas clásico) es la principal cómplice de los delirios del castrismo y es la base que alimenta internacionalmente la hoguera de la farsa que representa actualmente la revolución cubana; la prensa, órgano informativo mundial y creadora de opiniones, paradójicamente enemiga irreconciliable de las dictaduras de izquierda es sin cuestionamiento alguno quien esconde la verdadera imagen del castrismo internacionalmente.
Hoy la prensa en los periódicos mas importantes del mundo manipulan las palabras de Raúl Castro hasta llevar a la opinión publica internacional a colocar en la misma escala de valores a los cubanos que tiene la dictadura encarcelados por delitos de opinión con los cubanos encarcelados en Estados Unidos por espionaje y conspiración criminal, es decir, hoy el mundo cree que los cubanos presos en Cuba son americanos que muy bien podrían ser intercambiados por los espías castristas presos en Estados Unidos y los Yanquis saldrían ganando.
Los castristas se han empecinado en dar a entender al mundo que el conflicto cubano no es mas que un diferendo entre Washington y la Habana así pues todo el que opine diferente al régimen cubano es un agente del Imperialismo Yanqui aunque viva en un solar de la Villa de Guanabacoa y haya sido hasta ayer miembro del buró político del Partido Comunista.
Existe una enorme diferencia que nadie ha cuestionado, por lo menos la prensa no ha mencionado ¿Cómo puede ser siquiera tomada en serio la propuesta de Raúl Castro si la separación de poderes le impide al gobierno americano intercambiar presos como si fueran una mercancía? El Presidente americano no puede decir como pudiera ordenar Fidel Castro ¡Mándame unos cuantos presos pa’ca que yo te mando otros pa’llá! Lo único que puede hacer un Presidente americano es, al final de su mandato indultar a unos cuantos presos, y si el Presidente americano saliente le da por indultar algún cubano por luchar a favor de la libertad, yo creo que Arozena está primero en la cola. Muchas gracias.
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