viernes, 3 de octubre de 2008

Reseñas de un peligroso viaje V

Estoy en total desacuerdo con los viajes desordenados a Cuba, por la simple razón que se convierten en una especie de negocio humanitario, es decir, los inescrupulosos se aprovechan de la necesidad del pueblo y lucran con su dolor. No solo lucran sino, que se aprovechan de la desventaja económica de las familias mas necesitadas y hacen de sus hijas mercancías sexuales. Ahora, una cosa es lucrar con el dolor ajeno y otra muy distinta ayudar a apalear ese dolor, aquí es donde entra a jugar la necesidad de ser mas flexibles con los viajes humanitarios a Cuba. Particularmente estoy a favor de la total apertura de esos viajes si de alguna forma ayudamos no solo a nuestra familia sino, a todos los cubanos, sin importar los nexos sanguíneos.

Hace algunos meses antes de pensar siquiera viajar a Cuba saqué mi pasaporte cubano porque mi Madre está muy viejita y tiene una enfermedad incurable, para evitar que pasara lo mismo que con mi Padre que murió y no pude ir a verlo en sus últimos días, me preparé para en caso de que sucediera con la vieja estar habilitado, pero sucedió lo del huracán Gustav y aproveché la situación para “matar dos pájaro de un tiro” pues bien, verdaderamente no solo maté dos pájaros sino, maté tres, llevé ayuda para mi familia, vi a mi Madre y me reuní con grupos opositores y les brindé mi apoyo económico y solidario. Si solo el diez por ciento de los cubanos que visitan la Isla le donaran tan solo veinte dólares a la oposición el futuro de la Patria estuviera asegurado y al doblar de la esquina. Según los opositores con los que me reuní, los cubanos que visitan Cuba tienen tanto miedo al gobierno que hasta rechazan la existencia de la oposición; no tienen conocimiento (por lo menos los opositores que se reunieron conmigo) de que nadie de la comunidad cubana “exiliada” se haya acercado a ellos ni siquiera para preguntarles cómo están y mucho menos para regalarle un mísero peso. Los cubanos que visitamos Cuba nos sentimos orgullosos de la oposición interna, por su lucha, su valor, su entrega, pero ellos se sienten abochornados de nosotros por nuestra cobardía, por la apatía y por egoístas. Hay que estar allí, contactar con esos valientes hombres y mujeres que viven totalmente marginados dentro de su propia tierra debido a sus ideas y su lucha, hay que hablar con ellos para saber en verdad, para comprobar cuanto sufrimiento soportan. Una vez el gobierno los considera opositores entran de facto en una lista negra, ellos y todo el clan familiar y la vida dentro de la Isla se convierte en un verdadero infierno, sin trabajo, sin dinero, sin alimentos y sin nadie que les tire un cabo. Ser opositor en Cuba es estar en el último peldaño de la escala de gato, en la línea de flotación, con solo la nariz fuera del agua.

Más, por eso les di mi apoyo, mi solidaridad y si tengo que hacerlo mil veces más, lo hago, aunque en ello me vaya mi libertad, lo mismo aquí que allá. No es fácil ver a una Dama levantarse temprano en la mañana sin desayunar siquiera, ni ella, ni sus hijos, y viajar hasta una Iglesia remota, lejana, para manifestarse en contra del gobierno, para exigir libertad no solo para ella, sus familiares e hijos sino, para todos los cubanos; pues bien esas Damas existen, pertenecen al Frente Cívico Femenino Gladis Núñez, esas son valientes mujeres, no tienen apoyo de nadie, no tienen dinero, ni comida, no tienen premios europeos, pero tienen un corazón tan grande que no les cabe en sus pechos. Para entre otras cosas, apoyar a estas valientes Damas, a la oposición, al pueblo cubano y a la familia yo estoy totalmente de acuerdo con los viajes a Cuba, lo demás lo considero una pena, una deshonra y una burla a la libertad de los cubanos. Quizás yo haya sido uno de los pocos que ha viajado a Cuba y en su agenda tenia el deber de apoyar a la oposición interna, tal vez haya sido el único, no lo se, lo que si sé es que rompí el hielo, los esquemas y espero ser yo un ejemplo a seguir por aquellos que viajan cada tres años, una vez a año o mejor, todos los meses, con su apoyo de tan solo veinte dólares, el futuro de Cuba está seguro.

Si no quiere viajar no lo haga, si los quiere ayudar, ayúdalos desde aquí:

http://pudc.blogspot.com/

Luís Alberto Ramírez - Miami

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